Ciudad de México, 5 de agosto de 2025.- El Gobierno de México oficializó ayer lunes, mediante un decreto publicado en el Diario Oficial de la Federación (DOF), la transferencia total de los activos, responsabilidades y obligaciones de Fonatur Tren Maya, S.A. de C.V. a la empresa Tren Maya, S.A. de C.V., ahora bajo el control de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), junto con otras dependencias del Estado.
El acuerdo, firmado por la presidenta Claudia Sheinbaum, especifica que Fonatur conservará únicamente los procesos legales ajenos al ferrocarril, mientras que la operación, gestión y finalización del proyecto recaerán en Tren Maya, S.A. de C.V., incluyendo temas como auditorías, deudas pendientes y demandas de las constructoras.
Esta decisión forma parte de una estrategia iniciada en 2023 para trasladar gradualmente la administración del Tren Maya desde Fonatur hacia instituciones gubernamentales y castrenses. Entre ellas figuran el INAH, encargado de los Centros de Atención a Visitantes, y el Grupo Aeroportuario, Ferroviario y de Servicios Auxiliares Olmeca-Maya-Mexica, que ahora gestiona la infraestructura turística vinculada al proyecto.
Puntos clave del acuerdo:
Fonatur Tren Maya, S.A. de C.V. dejará de existir, traspasando todos sus bienes y contratos a Tren Maya, S.A. de C.V.
Los litigios se dividirán: los relacionados con el tren pasarán a la Sedena; el resto seguirá en Fonatur.
La empresa militar asumirá los derechos de autor y costos asociados. Las dependencias federales deberán completar la documentación del proyecto antes del 31 de diciembre de 2025.
No se autorizan fondos extras; todo se cubrirá con el presupuesto actual.
Además, la Secretaría Anticorrupción y Buen Gobierno, liderada por Raquel Buenrostro, vigilará el cumplimiento del acuerdo, asegurando transparencia en el proceso.
Con esta medida, se consolida el dominio militar sobre uno de los proyectos prioritarios del sexenio pasado, impulsado por López Obrador y respaldado por Sheinbaum, quien ha reiterado su compromiso con la culminación del Tren Maya como “motor de progreso para el sureste”.