Cancún, 2 de octubre del 2025.- El aeropuerto de Cancún, el segundo con mayor tráfico internacional en México, enfrenta un freno inesperado: la falta de aviones disponibles a nivel global. Aunque la demanda por visitar el Caribe mexicano se mantiene sólida, la limitada oferta de asientos en vuelos ha puesto un techo al crecimiento del destino.
Los principales grupos hoteleros de la zona reportan que, pese a mantener altas tasas de ocupación, la llegada de nuevos visitantes se ha mantenido prácticamente plana.
No es un problema de promoción ni de infraestructura hotelera, sino de conectividad aérea, en un contexto donde las aerolíneas siguen lidiando con retrasos en la entrega de aeronaves por parte de los fabricantes. Caribe mexicano enfrentará temporada invernal con falta de aviones, advierten hoteleros.
La situación no es exclusiva de México. La industria aérea global atraviesa una crisis de producción: fabricantes como Boeing y Airbus enfrentan retrasos en entregas de aeronaves, lo que frena la expansión de rutas y frecuencias. Para destinos dependientes del turismo internacional, como Cancún, este cuello de botella limita su dinamismo.
Hace un par de semanas, Darren Hulst, vicepresidente de marketing comercial de la división de aviones comerciales de Boeing, destacó en una conferencia de prensa que los tiempos de entrega de sus aviones se han alargado hasta siete años debido a la alta demanda global.
Hulst dijo que la compañía prepara el terreno para un incremento sostenido en la producción. “En el futuro, nuestro objetivo es seguir aumentando la tasa de producción, pero en el largo plazo, si el mercado se dobla en tamaño, eso significa que nuestra producción tiene que seguir esas mismas tendencias. Esa es nuestra oportunidad en el largo plazo”, dijo el directivo.
Mauricio Kuri, director de Comunicación Corporativa en Grupo Xcaret, subraya que se trata de un “happy problem”, porque refleja una demanda que supera la capacidad aérea disponible. El reto, sin embargo, es que mientras no se normalice la oferta de aviones, la región no podrá captar más turistas, aun teniendo infraestructura hotelera lista.
El mercado estadounidense sigue siendo el principal emisor de visitantes a la Riviera Maya, seguido del canadiense y el europeo. La expectativa de que el Tren Maya pueda redirigir flujos desde otros aeropuertos, como Mérida, está presente, pero aún se percibe como un efecto de mediano plazo.
“Es un tema que tiene que ir madurando en el tiempo. El Tren Maya une a distintos sitios y generará volúmenes interesantes, no solo para la Riviera Maya, sino también para otros destinos de la península”, explicó Kuri.
El Mundial de 2026 aparece como otro catalizador potencial. Aunque Cancún no será sede de partidos, la zona espera recibir visitantes que acompañen a selecciones o que aprovechen el viaje para combinar fútbol y playa.
La FIFA incluso ha explorado que algunos equipos realicen concentraciones en la Riviera Maya, lo que podría dar visibilidad adicional al destino. Sin embargo, Grupo Xcaret coincide con otros hoteleros en que no planea nuevas construcciones exclusivas para este evento, sino aprovechar la infraestructura ya instalada.
La estrategia del grupo también pasa por diversificar la base de turistas, con un mayor enfoque en mercados asiáticos y sudamericanos, donde ven potencial de crecimiento. El portafolio gastronómico y cultural de sus hoteles y parques busca atraer a estos perfiles.
El desafío inmediato, sin embargo, sigue siendo la conectividad. Mientras la industria aérea global resuelve la falta de aviones, Cancún enfrenta un límite impuesto desde fuera: una demanda turística que no puede convertirse en llegadas físicas por falta de asientos en los cielos.
Agencias