El Vaticano, 20 de febrero.- La salud del papa Francisco ha sido motivo de preocupación en el Vaticano y en toda la Iglesia católica, especialmente en lo que respeta al proceso de sucesión establecido por el derecho canónico. El pontífice ya cumplió seis días internado y se espera que permanezca más tiempo en el hospital Gemelli.
El papa Francisco padece una bronquitis bilateral que los médicos han considerado un cuadro delicado, pese a ello la Santa Sede ha informado que el papa respira sin asistencia, es capaz de pararse de la cama y orar.
“Creo que el ministerio petrino es ad vitam y, por tanto, no veo condiciones para una dimisión. Las cosas cambiarían si se produjera un impedimento físico grave y, en ese caso, ya firmé al inicio del pontificado la carta con la renuncia que está depositada en la Secretaría de Estado”, afirmó.
Recientemente, la preocupación por la salud del sumo pontífice aumentó cuando fue internado por una neumonía bilateral. El Vaticano confirmó que el papa sufre una infección polimicrobiana, además de padecer bronquiectasias y bronquitis asmática, lo que ha requerido un tratamiento con antibióticos y cortisona.
Por ahora, Francisco ha reiterado que no planea renunciar a corto plazo y que su labor pastoral continúa. No obstante, la existencia de su carta de renuncia anticipada da pie a que el Vaticano realice el plan establecido para la sucesión.
En caso de que el papa Francisco haga efectiva su renuncia, se activaría el protocolo de Sede Vacante, durante el cual el Colegio de Cardenales asumiría la administración temporal de la Iglesia y convocaría un cónclave para elegir a su sucesor.