Esta Casa de Playa funcionaría como oficina central del fallido proyecto denominado Centro Integralmente Planeado (CIP) Playa Espíritu, que en 2008 fue anunciado como “el nuevo Cancún sinaloense”, por el entonces presidente Felipe Calderón.
Han pasado 13 años desde que se anunció este megaproyecto turístico que encarrilaría al municipio de Escuinapa hacia un desarrollo económico y social muy esperado por sus habitantes. Pero de los más de 40 mil cuartos de hotel prometidos y de los dos campos de golf, los centros comerciales y los condominios que se proyectaron, hoy no hay nada, ni un solo turista a pisado este lugar.
Entre 2008 y 2018, a lo largo de los sexenios de Calderón y de Enrique Peña Nieto, los avances del proyecto fueron lentos y a duras penas se pudieron construir instalaciones básicas, con recursos que sumaron cerca de mil 500 millones de pesos, a las que hoy se le destinan 14 millones de pesos anuales, al menos desde 2015, para mantenerlas en buenas condiciones.
Si hasta el 2018, la inversión de dinero público que se destinó para la construcción de este sitio cayó lentamente, a partir del 1 de diciembre de ese año, cuando asumió en el cargo el presidente Andrés Manuel López Obrador, el flujo de recursos se frenó y sólo se ha usado el dinero para mantenerlo.
Para el mandatario, ese proyecto fue un mal negocio. Reprocha, primero, que el terreno de 2 mil 381 hectáreas ─cuatro veces la Ciudad Universitaria de la UNAM─ se le haya adquirido, de manera supuestamente fraudulenta y a sobreprecio, por 120 millones de dólares, al ex gobernador sinaloense Antonio Toledo Corro.
El presidente afirma que han intentado vender los terrenos de ese proyecto, heredado del sexenio de Calderón, al que definitivamente no dará continuidad, pero asegura que nadie los ha querido comprar. Por eso, para diciembre de este año, rifará, en un sorteo de la Lotería Nacional, los primeros 400 lotes del polígono. El dinero recaudado servirá para seguir financiando la presa Santa María, que se construye en esa zona de Sinaloa.